jueves, 31 de julio de 2014

¿Dependencia, Independencia o Interdependencia?






Idea irracional nº 8 de Ellis:

Se debe depender de los demás y se necesita a alguien más fuerte en quien confiar.

La dependencia está relacionada con la incapacidad de resolver los propios problemas causando en la persona dependiente debilidad, pasividad, no hacer lo que desea, o no ser quien es, por eso se necesita a ‘otro’ que haga de motor, nosotros no nos esforzamos, es el otro quien se esfuerza, lo que lleva a una baja autoestima.

No debemos de temer ser nosotros mismos y tomar nuestras propias decisiones para alcanzar nuestras metas y no la de los demás. Y debemos comprender que podremos equivocarnos pero, los fracasos no tienen que ver con nuestra valía como ser humano.

Es preferible arriesgarse y cometer errores por elección propia que vender el alma por una ayuda innecesaria de los demás. No obstante sí es lícito aceptar la ayuda de los demás cuando es necesaria.

En cambio, una persona independiente se desenvuelve por sus propios medios, tiene su propia opinión sobre las cosas y sus propias pautas para la construcción de su vida.

Sin embargo, esa independencia personal, que es un logro decisivo en la vida, ha de tener también su justa medida. Porque ser absolutamente independiente tampoco es la fórmula idónea, entre otras cosas, porque los más altos logros de nuestra naturaleza tienen siempre que ver con nuestra relación con los demás, con nuestra  mujer, nuestro marido, nuestros hijos, nuestros amigos o nuestro proyecto profesional. La vida, por naturaleza, es interdependiente.

Un mal entendido afán de independencia puede en muchos casos acabar en dependencias mucho más amargas. Por ejemplo, la que se ve en esas personas que abandonan su matrimonio y sus hijos en nombre del amor, la independencia y la libertad, aunque en el fondo lo hacen por razones egoístas. O en la de aquellos que desatienden a su familia, o traicionan a sus amigos, o renuncian a sus principios, en razón de un desmedido afán de afirmación personal en su trabajo, de ganar más dinero o de alcanzar mayor éxito y poder. O la que se ve en aquellos otros que hablan de romper las cadenas, liberarse, vivir la propia vida..., y en realidad están con ello sujetándose a otras cadenas que suponen dependencias mucho más fuertes, porque son dependencias que están en su interior: en una búsqueda egoísta de placer o comodidad, en una renuncia a enfrentarse a la propia responsabilidad, o en echar la culpa a los demás de todo lo que les resulta difícil en sus vidas.

En definitiva, se puede ser independiente y comprender que se avanza más trabajando en equipo, que necesitamos enriquecer nuestro pensamiento con los de otras personas, que hay que ser fiel a unos valores seguros y acertados, o que todo hombre necesita dar y recibir afecto. La vida ha de plantearse buscando compartirla profunda y significativamente con otros.


¡Un fuerte abrazo amigos de Belladona!

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