viernes, 1 de agosto de 2014

Cuando alcanzar tus sueños se convierte en tu única opción



Un día desperté dándome cuenta de las pocas cosas que había conseguido a una edad ya madura.

No puedo considerar errores algunas decisiones pasadas, puesto que en aquellos momentos hice lo que pude. Pero hoy, más consciente de mis defectos, y de mis capacidades, emprendo un nuevo camino.

Ahora sé y confío en que los sueños pueden alcanzarse. Qué el éxito siempre ha estado ahí esperándome. Y yo no era capaz de verlo.

Ahora soy consciente de que la constancia, era en mi caso, una debilidad a trabajar. Si adquiero un compromiso he de cumplirlo, y más aún, si ese compromiso lo adquiero conmigo misma.

Otro aspecto a desarrollar es la seguridad en mi misma. La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito. La confianza en uno mismo viene precisamente de nuestros resultados, de nuestras experiencias, de intentarlo y conseguirlo. De intentarlo, fracasar, aprender e intentarlo de nuevo.

Hablar en público es una de las cosas que vencí y ¿cómo?: haciéndolo. La oportunidad se presentó. La aproveché.

Ahora empiezo mi andadura como vendedora para una casa de alta cosmética.
¿Sabéis cuál es el mi mayor miedo a la hora de vender? El miedo al rechazo. ¿Sabéis cuál es mi mayor miedo a la hora de pedir ayuda? Que me digan que NO.

El miedo al rechazo, es producto de nuestra inseguridad, de que interpretemos que el NO significa que "no nos quieren"; y ya sabemos que el anhelo más profundo del ser humano es sentirse querido.

Por eso muchas cosas no las hacemos por miedo al NO. Os quiero mostrar algunos ejemplos de cosas que puse en práctica para ganar confianza en mi misma.

Una cosa que funciona para superar el miedo al rechazo es hablar con desconocidos. Lo importante no es la conversación, sino lanzarse. Aprovecha si estás dando un paseo y si ves a alguien con un perro, detente y acaríciale y pregúntale qué raza es; aprovecha los viajes de turismo o negocio, para entablar conversaciones con los lugareños o los empleados de hoteles, para a gente por la calle y pregunta por una dirección o lugar e intenta que no sólo sea pregunta-respuesta sino un poco más de conversación. Pero hazlo como rutina, todos los días con 1 ó 2 personas al menos.

Este sencillo ejercicio hará que empieces a sentirte mejor contigo misma, a ganar confianza, a mejorar tu autoestima al ver que el 90% sigue tus conversaciones y no te rechazan. Y recuerda: si alguien te rechaza, tranquila: hay gente enfadada consigo misma que lo paga con los demás; no es nada personal.

Otra cosa que podemos hacer para coger confianza en nosotros mismos es dar nuestra opinión a los demás. Sí, no te quedes callada. No seas de las que dicen: "A mí me da igual". No, no te da igual. Tú también tienes opinión, pero por miedo a no gustar, no te atreves a expresarte. Cuando haya debate en tu vida personal, con tu pareja o amigos sobre dónde ir o qué hacer, di lo que te gusta. Lo mismo en tu vida profesional ante cualquier proyecto. Tu opinión es tan válida y respetable como la de los demás. No te infravalores.

Otro miedo que tuve que perder fue el miedo a sentirme guapa. No hay nada de malo en ello, al contrario, no hay nada más bonito que sentirse hermosa. Así que cuida tu apariencia física, dicho de otra manera, sentirte bien por fuera te hará sentirte bien por dentro. Este es uno de los principios Belladona, de paso sea dicho.

Los cuidados estéticos o tu forma de vestir ayudan mucho ¿No hay un determinado vestido, palabra de honor, jeans, sandalias o botas que cuando te las pones "te ves más guapa"? ¿No te ha ocurrido lo mismo cuando te has hecho un cambio de look en tu pelo? Ello te lleva a sentirte mejor, más segura de ti misma, y eso se refleja en tu comportamiento y trato, más abierto, más simpático, más cercano, en definitiva, más cautivador. 

Esa actitud, se transmite y los demás la perciben y responden de la misma manera.

Tu mundo exterior no es más que un reflejo de tu mundo interior. El grado de distancia (o conexión) con los demás es el grado de distancia (o conexión) que existe con uno mismo. Las cosas no ocurren por azar. Hay que provocar las emociones positivas. Sentirte bien te lleva a obrar bien. Si te gustas más, más gustarás a los demás. En lo que te concentras, se expande, se agranda. Lo decía Louise Hay: "Sólo hay una cosa que sana todo problema: amarse a uno mismo".

Una de las cosas que me encantan, pero que en un pasado tuve que aprender, fue la importancia de acudir a fiestas o eventos para aprender a relacionarme.
La baja autoestima suele derivar en un bajo nivel de relaciones sociales. En cambio la alta autoestima da lugar a muchas y variadas relaciones. Y si la vida es algo, el menos en la empresa, la vida es relaciones. Como apunta John C. Maxwell, en El poder de las relaciones: "Trabajar duro no es suficiente; tampoco ser excelentes en lo que hacemos; para ser exitoso tienes que aprender a establecer relaciones". Por eso, sumérgete en los eventos. No te preocupes del resultado final. Simplemente el hecho de acudir a eventos profesionales (de tu sector) y personales (fiestas, celebraciones, inauguraciones), y estar en medio del "sarao" te permite aprender a relacionarte sin darte cuenta. Poco a poco te irás sintiendo más cómoda y conociendo más gente.

También doy fe de la necesidad de creer en algo para materializarlo. La mente no distingue entre ficción y realidad, cuando sientes de verdad lo que visualizas estás provocando que la mente encuentre vías para alcanzar aquello que deseas.

Aunque he dicho en alguna ocasión que lo primero eres tú, debemos hacer cosas por los demás. Aristóteles dijo hace más de 23 siglos que "la generosidad es un egoísmo inteligente". Cuando ayudas a los demás, la gente se siente agradecida y te lo valorará, y eso te hará sentir bien contigo misma, ver que eres útil, y que tú también puedes aportar cosas interesantes. No se trata de grandes cosas, sino de pequeños gestos cotidianos del día a día que todos sabemos.

Para tener éxito nuestro diálogo interior debe ser positivo y acorde con lo que deseamos. Saber que cualquier problema tiene solución. Qué aquello que denominamos problema es en el fondo una oportunidad.

Pensar a lo grande. ¿Y por qué no?. La elección entre la abundancia y la escasez depende de la percepción.
Aquello en lo que crees, tus convicciones, influye en tu percepción, es decir, define la manera en que ves las cosas. Y tu percepción también depende de tus intenciones, de aquello que realmente quieres conseguir.

Aprender a ser asertivos. A comunicarnos de forma efectiva con los demás. De muchas de estas cuestiones hablaremos en otras publicaciones.

Confiar en eso que llaman "intuición".

Y así es como derrotando resistencias día tras día podemos llegar a construir nuestro futuro, un futuro acorde con nuestros sueños.

Mi vida está en mis manos. La tuya en las tuyas. Un fuerte abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario