jueves, 17 de diciembre de 2015

Es momento de hacer balance


El año está apunto de acabar, y es hora de hacer balance sobre todo lo que ha sucedido durante el mismo.

Del 2015 puedo decir que ha sido un año sorprendente, lleno de satisfacciones y logros, pero sobre todo de grandes aprendizajes.

Digo sorprendente porque un año antes, ni tan siquiera hubiera podido imaginar ciertas cosas que me han sucedido.

¿Queréis conocer algunos de estos sucesos? jajaja Imagino que sí.

Bien, todos sabemos que han sido años duros de crisis económica, y yo me encontraba, como otros muchos, perdida y desorientada, sin trabajo. Situación cargada de angustia e inseguridad. El futuro era incierto.

El destino quiso acercarme al mundo del Coaching, del Branding, ¿Qué era eso de la marca personal?, términos que no había escuchado anteriormente en mi vida.

Siempre he sido una persona autodidacta. Una vez más, libros como El éxito no llega por casualidad, o El talento de los Elfos, claves para comprender el cambio y la felicidad, o El Elemento, entre otros, me facilitaron las pautas a seguir para acercarme con éxito a mi desempeño profesional.

He aprendido lo importante que es conocer nuestras aptitudes, y escuchar a nuestro yo interior cuando nos habla. A mi me decía: se te da bien la gente, y disfrutas en trabajos cara el público. Por otro lado, eres una persona comunicativa. Tienes el perfil idóneo para trabajar como RRPP. Y eso hice.

A nivel profesional, tenía y sigo teniendo una inquietud: ¿podría en algún momento de mi vida ser modelo profesional? Así que ni corta ni perezosa cogí un buen día el tren y me dirigí a Alicante donde me esperaba un gran profesional de la fotografía, Patricio Gastón. Era uno de esos sueños infantiles que olvidas, porque la gente te dice que es una locura. Pero hoy puedo decir orgullosa, que va a ser una de mis metas este 2016. No sé todavía lo que va a ocurrir (claro si lo supiera, jajaja), pero de una cosa sí estoy segura, y es de que lo voy a intentar. De que me esforzaré, de que superaré los obstáculos del camino, y que cuando el año próximo haga balance, veré de lo que uno es capaz cuando algo se propone.

Tener amistades en el extranjero, era otra de esas sorpresas que el destino tenía guardado para mí en este 2015. Estar esperando tu vuelo en el aeropuerto de Valencia con destino a Italia, me colmó con una sensación de LIBERTAD que no puedo describir con palabras.

¿Qué más cosas he aprendido este 2015? La importancia de la familia, el valor de la amistad.

Cómo ya os comenté, sufrí una gran pérdida, irreemplazable. Pero la vida sigue. Y no tiene ningún sentido quedarse en el sufrimiento.

Saber perdonar, importante. Muy importante. Valorarte, saber pedir perdón también.

Para el nuevo año establezco nuevas metas, grandes metas. Algo ya os he comentado. Feliz por saber lo que quiero, y cómo lograrlo. Tengo un plan de acción.

Y ahora ya me despido hasta la próxima publicación, comprometida conmigo misma, y con mis objetivos.

Un fuerte abrazo.

viernes, 4 de diciembre de 2015

El tedio y el sentido de la vida




¿Eres una persona tediosa?, ¿Sabías que el tedio o aburrimiento se relaciona con la falta de sentido en la vida?

Conocer nuestras habilidades, y darlas a conocer al mundo, es para mi, el sentido de nuestra vida, el sentido de ser, de existir.

El tedio afecta especialmente a la conciencia moderna, ya que, cuanto más civilizada y complicada es una conciencia más exigente se vuelve y, al no saber en qué emplear sus dones, decae ante el vacío de su ser.

Una característica distintiva de nuestra época es la búsqueda de la novedad y la originalidad de aquello que nos entretenga y que nos pueda parecer interesante: video-juegos, t.v., viajes, deportes extremos, revistas de moda, vídeos musicales, etc., todas estas maneras de pasar el tiempo se nos presentan como un remedio para colmar el vacío existencial, para alejarnos del tedio que invade nuestra vida y nos hace perder la verdadera razón de vivir.

Lo interesante, un momento después se convierte en indiferente y tedioso, por lo que la novedad es efímera. Cada nuevo placer aporta solo un bienestar pasajero.

El tedio surge cuando logramos lo que deseamos, porque al saciar temporalmente nuestro deseo nos encontramos con la nada de nuestro propio ser, por lo tanto, el tiempo del tedio no es precisamente el presente, pues el presente es la plenitud de la existencia.

En las sociedades actuales en las que el tedio prolifera como una epidemia, las instituciones religiosas gubernamentales, sociales y culturales, han perdido casi por completo su capacidad de conferir sentido a los individuos, quienes sumidos en el aburrimiento, no encontramos orientación.

El tedio se encuentra ligado a una manera de pasar el tiempo en el que éste deja de ser un horizonte de posibilidades, y se convierte en un vacío desagradable.

Pero el vacío del tedio no es un vacío de sucesos sino de sentido. De aquí el auge de la industria del entretenimiento, el consumo de drogas, el exceso de horas frente al televisor, etc. Todo esto nos mantiene entretenidos pero en total aburrimiento.

Por otra parte están las personas que buscan librarse del tedio mediante el trabajo, pero éste lo que hace es ocultar los síntomas sin remediar la enfermedad, ya que el tedio no es una cuestión de tener demasiado tiempo libre, sino de que este tiempo carezca de sentido.

Trabaja en lo que te gusta, y no tendrás que trabajar jamás. Esta frase real como la vida misma, conlleva conocerse y estar dispuesto a defender aquello para lo que vales.

El tedio existencial crea a su vez sociedades tediosas y egoístas, en las que nadie se compromete con nadie ni con nada más allá de lo superficial. Nadie ve en realidad lo que la otra persona es, pues todos se encuentran muy ocupados buscando diferenciarse de los demás.

La falta de sentido puede tener que ver con una añoranza de la infancia, es decir, con la dificultad para aceptar que la vida no puede mantenerse todo el tiempo en el mundo mágico de la niñez lleno de cosas nuevas y emocionantes. En este sentido, la vida si puede parecer tediosa.

La madurez tiene que ver precisamente con aceptar que los instantes son pasajeros y que la vida consiste en una enorme cantidad de tedio distribuida entre uno y otro de estos instantes.

Entender esto quizá nos pueda enseñar a aprovechar estos instantes y a comprometernos a vivir una vida con más sustancia. Aprender que cuando aparentemente no pasa nada, sucede todo.

No existe cura que nos permita escapar completamente del tedio, pero lo que sí se puede intentar es un cambio de actitud hacia él, que nos haga salir del egoísmo, que nos permita darnos cuenta de la brevedad de nuestra existencia y de lo mucho que podemos aprender y disfrutar de la aparente monotonía.

Un abrazo seguidores de Belladona.