miércoles, 23 de julio de 2014

Hacia nuevas formas de ver las cosas IIª Parte




¡Buenos días mundo!

Para aprender a pensar de modo diferente me gustaría que analizáramos juntos algunas de las principales ideas irracionales en las que podemos basar nuestro comportamiento, con la única intención de ayudarte a reflexionar sobre ello. No es necesario que estés de acuerdo con todo lo que yo pienso.

Para ello voy a apoyarme en la tabla de Albert Ellis: Las once creencias irracionales básicas.

Albert Ellis, es el creador de la Terapia Racional Emotiva (TRE). Su método terapéutico intenta descubrir las irracionalidades de nuestros pensamientos y con ello sanar las emociones dolorosas, dramatizadas y exageradas que son consecuencia de los esquemas mentales distorsionados. Ellis parte de la hipótesis de que no son los acontecimientos los que nos generan los estados emocionales, sino la manera de interpretarlos. Por tanto, si somos capaces de cambiar nuestros esquemas mentales seremos capaces de generar nuevos estados emocionales menos dolorosos y más acordes con la realidad, por tanto, más racionales y realistas.

Analizaremos hoy las dos primeras creencias irracionales de la tabla. La primera dice así:

Es una necesidad extrema para el ser humano adulto el ser amado y aprobado por prácticamente cada persona significativa de la sociedad.
Ellis justifica porqué es irracional creer en estas ideas, y ofrece su alternativa racional.

Agradar en todo a todos es imposible y desgastante. Intentarlo desmesuradamente puede llevarte a abandonar tus propias necesidades. Así que se trata de hacer lo que queremos en la vida más que de preocuparnos por lo que a los demás les gustaría que hiciésemos.
Para conseguir el amor de los demás, explica Ellis, una de las mejores formas, es darlo.

Para considerarse uno mismo valioso se debe ser muy competente, suficiente y capaz de lograr cualquier cosa en todos los aspectos posibles.

La segunda creencia de la tabla de Ellis aclara que ningún ser humano puede ser totalmente competente en todos los aspectos o en la mayor parte de ellos.
El individuo que lucha por el éxito total está en continua comparación con otros ante los que se siente inferior.
El buscar el éxito nos distrae de nuestro auténtico objetivo de ser más felices en la vida.
La preocupación por el éxito acarrea el miedo al fracaso y a cometer errores, con lo que es fácil generar un disgusto por el trabajo y una tendencia al fracaso real en éste.

Así Ellis propone que el individuo debe concentrarse en disfrutar el proceso más que en el resultado.

Cuando intentamos actuar bien debe ser más para nuestra propia satisfacción, que para agradar o ser mejor que los demás.
En la lucha por alcanzar nuestros objetivos, debemos de aceptar nuestros errores y confusiones en vez de horrorizarnos por ellos.
Debemos de aceptar la necesidad de practicar y practicar las cosas antes de conseguir el éxito.
Debemos obligarnos a hacer de vez en cuando aquello en lo que tememos fracasar, aceptando el hecho que los seres humanos no somos perfectos.

Os espero mañana en Belladona para continuar reflexionando sobre nuestras falsas creencias.

Feliz Miércoles!

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