lunes, 28 de julio de 2014

Las ideas irracionales de Albert Ellis



Buenos días seguidores y seguidoras de Belladona. Hoy continuamos con la reflexión que comencé la semana pasada acerca de como nuestros esquemas mentales determinan nuestra conducta, y como modificar éstos puede hacer que cambie nuestra forma de ver la realidad, reduciendo así el estrés y la ansiedad que nos producen ciertas situaciones.

Os invito a que participéis dejando vuestros comentarios, pues vuestra opinión, vuestros acuerdos y desacuerdos, enriquecería el objetivo de este blog, que no es otro que el conocernos un poquito más para llegar a ser más felices.

La desgracia humana se origina por causas externas y la gente tiene poca capacidad o ninguna, de controlar sus penas y perturbaciones.
La quinta falsa creencia que plantea Ellis reafirma lo que venimos diciendo, que aunque la mayoría de la gente pueda creer que las emociones negativas no se pueden cambiar y simplemente hay que sufrirlas, la experiencia demuestra que es factible el poder cambiarlas.

Un individuo, cuando experimente una emoción dolorosa, debe reconocer que es él el creador de dicha emoción, y que como la origina, también puede erradicarla.

Cuando un individuo observa de forma objetiva sus emociones dolorosas, descubre los pensamientos y frases ilógicas que están asociados con esa emoción. Y cuando es capaz de cambiar sus propias verbalizaciones de forma radical, podrá transformar las emociones autodestructivas.


Si algo es o puede ser peligroso o temible, se deberá sentir terriblemente inquieto por ello y deberá pensar constantemente en la posibilidad de que esto ocurra.

Si se está muy preocupado por un asunto de riesgo, el nerviosismo impide ver realmente la gravedad del asunto y afrontarlo con eficacia cuando realmente ocurre.

El preocuparse mucho por algo no solo no evita que ocurra, sino que a menudo contribuye a su aparición, ya que lo estamos atrayendo con nuestra mente.

Cuando han de venir acontecimientos inevitables como la enfermedad o la muerte de nada sirve el preocuparse anticipadamente por ellos. La mayoría de los hechos temidos y peligrosos, como las enfermedades, son mucho menos catastróficos cuando ocurren de verdad, pero la ansiedad o el miedo de que sobrevengan si constituye algo incluso más doloroso que la propia situación temida. Se trata de aceptar que la muerte forma parte de la vida. Y que las enfermedades no son otra cosa que señales que nos envía nuestro cuerpo acerca de una actitud que hemos de cambiar. Recordaros que el amor es una energía sanadora muy potente. Hablaremos más acerca de esto.

Hemos de darnos cuenta que los miedos no nos ayudan a evitar los peligros, más bien todo lo contrario. Deberíamos de vez en cuando hacer las cosas que más miedo nos dan (como hablar en público, defender nuestros derechos o nuestros puntos de vista) para demostrarse que no son tan terribles esos miedos.

No debemos sorprendernos si miedos del pasado que parecían ya superados, vuelven a aparecer de nuevo. Deberíamos trabajar para erradicarlos afrontándolos hasta que ya no nos afecten.

¡Feliz Lunes!



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