jueves, 14 de abril de 2016

Nunca es tarde si la dicha es buena




¿Tienes 40, 50 o más edad, y crees que es demasiado tarde para hacer algo significativo con lo que te sientas realizado y feliz, y que suponga una contribución a este mundo? Si tiempo atrás no tuviste la suficiente seguridad en ti mismo, tal vez este sea el momento de actuar.

Son muchas las personas que han conseguido cosas importantes durante los últimos años de su vida.

Es un error creer que a los treinta años debemos haber cumplido nuestros sueños. No quiero decir que todos podamos hacer cualquier cosa en cualquier momento de nuestra vida, pero muchos sueños sí son posibles. Cito ahora algunos ejemplos de personas que hicieron cosas importantes a una edad madura:

Benjamin Franklin inventó las lentes bifocales cuando tenía setenta y ocho años. Jessica Tandy ganó el Oscar a la mejor actriz a los ochenta años. Vladimir Horowitz dio su última serie de recitales de piano, con todas las entradas agotadas cuando tenía ochenta y cuatro. Muchos pintores y escritores destacan a una edad avanzada, incluso publican sus primeros best sellers, pues la experiencia y conocer lo que se nos da bien es vital.

Lo que está claro es que si no ves la posibilidad de que un sueño se haga realidad, no verás los pasos necesarios que tienes que dar para alcanzarlo.

La vida no es lineal, es dinámica y cíclica. Capacidades diferentes se expresan con más o menos fuerza en distintas épocas de nuestra vida. Puedo haber tenido experiencias y éxitos en otros campos, pero en este momento se revitalizan otras capacidades latentes.

La edad física es relativa. Ejercita tu mente y tu cuerpo con regularidad. La risa, la curiosidad intelectual y la meditación tienen importantes beneficios para el organismo.

Así que nunca es demasiado tarde si la dicha es buena. Puedes utilizar las habilidades que ya tienes y aquellas que puedes adquirir y hacer una contribución significativa a este mundo, tan solo tienes que querer hacerlo y confiar en ti. La oportunidad de cambiar y evolucionar está ahí.

¡Un fuerte abrazo!


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